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jueves, 22 de octubre de 2009

La censura de Saw VI

Hubo una época en este país, en la que las libertades se veían tremendamente recortadas. Una época bisoña, arcaica y moralista, en la que por besar a tu novia en un parque podías verte en un calabozo con una denuncia por escándalo público. No te digo ya por tocarle un pecho, aunque fuera por encima de la blusa. Y mejor no intentemos imaginar cuál sería la pena por subir de un salto al altar de la Iglesia en pleno acto litúrgico, completamente desnudo, robarle el cáliz a un párroco en pleno shock, beber de un trago la sangre de aquél que murió por nuestros pecados, eructar sonoramente, proceder a introducirse un par de obleas consagradas por el ojete, como si de una hucha se tratara, y gritar a la concurrencia que se es 'el elegido', con los brazos bien extendidos hacia el Cristo crucificado y su Santa Madre.


A estas alturas y con lo anterior, a más de uno le habrá dado un jamacuco. Pero volvamos al asunto que nos concierne.

En esa época antes mencionada, en la que la sociedad se encontraba subyugada a los deseos de un gallego con voz de pito, existían una serie de personas que decidían por nosotros qué material cinematográfico era o no era apto para ser exhibido en las salas. Se llamaban censores.

Estos señores, extremadamente hábiles con unas tijeras y un rollo de celuloide, hacían verdaderas carnicerías sobre el metraje original de un film, a fin de salvaguardar nuestra tierna inocencia.

Sin embargo, el gallego un día finó, y la democracia llegó al país. Y con ella, el trabajo de los censores llegó a su fin. Pero no cabe duda de que aquella herida abierta por el franquismo, y no sólo en el cine, aún hoy escuece.

Pero ahí estaba nuestra 'Menestra' de Cultura, la siempre noticiosa doña Ángeles González-Sinde, más conocida como la Sindescargas, cruzada del cine español, amiguísima de sus amiguísimos, enemiga del libre intercambio de cultura y del aumento de la velocidad del ADSL 'por si acaso', obsequiándonos con una muestra más de su talante y logrando aliñar esa vieja herida con una buena cantidad de vinagre, sal y limón.

Esta señora, que obsequió al mundo con una obra maestra de dudosísimo gusto, titulada 'Mentiras y gordas', en la que la juventud española quedaba flagrantemente malparada y en la que hay una escena de sexo explícito o drogadicción cada tres segundos, que hacía muy dudosa su calificación como comercial, se atreve ahora a decidir por nosotros que Saw VI es una película X. Con dos ovarios.

Curioso prisma el de la susodicha, según el cual una película en la que no aparece ni una sola escena de sexo es una película X, y una película con una gran cantidad de escenas de sexo explícito no es una película X.

Por lo visto, películas igualmente sangrientas, como 'La matanza de Texas' o 'Hostel' sí son aptas para el público. Lo mismo debió ocurrir con las cinco anteriores películas de la saga de Jigsaw. Se ve que eran más blanditas, porque nuestra sociedad ha sobrevivido a ellas. Pero esta no. 'Saw VI' ha quedado condenada a emitirse en salas X, no en salas comerciales, de las cuales sólo existen ocho en toda España.

Señora mía, permítame decirle que es usted una hipócrita, y que además se está erigiendo en una reaccionaria tal que con gusto le habrían abierto las puertas del Ministerio en plena Dictadura. Sepa usted que nadie nos obliga a ir al cine, y mucho menos será su persona la que decida por nosotros lo que es o no apto para nuestro consumo. Aunque le resulte difícil de creer, ese cine que usted parece defenestrar tiene un público, al cual yo mismo pertenezco, y disfrutamos del mismo igual que usted lo puede hacer con un largometraje de Almodovar, cosa que yo particularmente no hago.

No obstante, lo que nos diferencia a usted y a mí, cinematográficamente hablando, no es el gusto por el cine. Lo que nos hace vivir en extremos opuestos es que mi concepto de la libertad hace que defienda con uñas y dientes su derecho a ver el cine que se le antoje y como se le antoje, mientras que usted... bueno, usted ya es mayorcita para valorar cuál es el daño que le está causando a la libertad en este país.