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miércoles, 31 de marzo de 2010

Plaza de la Universidad

A quien pueda y deba interesar:


Estimados administradores,

Mi nombre es Pablo, y soy ciudadano español, nacido, crecido, educado y actualmente residente en Murcia, nuestra ciudad.

El motivo de mi carta es tan sencillo, tan mundano y tan sumamente cotidiano que ya de entrada tengo la impresión de que acabará en la papelera antes incluso de ser leída por completo. Como he mencionado, he nacido y crecido en esta ciudad, y en ella, sin duda, se han producido múltiples cambios. Muchos de ellos para bien, pero algunos otros digamos que, cuanto menos, han sido deficientes.

Uno de estos malogrados experimentos, del que quiero hablar, es el atentado arquitectónico que se ha cometido en la plaza de la Universidad. En un intento por alejar a los jóvenes sedientos de consumir alcohol en la vía pública, reunidos y localizados en esta plaza, se llevó a cabo una aberrante obra, que a día de hoy, me sigue pareciendo impropia de la gestión pública. Se eliminó una zona ajardinada y se dio paso al hormigón, pero es que además se malogró la bella postal que se disfrutaba desde la plaza, con una visión panorámica de la fachada de la Merced, colocando una suerte de mamotreto de pilares rojos, ignoro su finalidad, que hace de esta plaza un auténtico espanto, tanto para el visitante ocasional como para los propios residentes.

No sé qué pudo ocurrir, pero sí sé qué tan sencillo resultaría recuperar esta plaza, con un alto valor para la vida pública, que no dudo recuperaría su espíritu con la eliminación de este obstáculo visual y la instalación de una sencilla superficie de césped artificial. Ya he visto el resultado de una sencilla capa verde artificial, como frente a la Ópera de Göteborg o la propia de Oslo, y la estampa revitaliza el espíritu. Yo mismo estudié la posibilidad de abrir un negocio en esta plaza murciana, un establecimiento que huía del ocio nocturno y apostaba por la cultura y las sanas costumbres para añadir una alternativa diurna al concepto de 'bar' actual, pero deseché la idea por lo que ya he comentado anteriormente.

Por favor, intenten hacer llegar esta idea a quien corresponda. Creo que los murcianos se merecen espacios como el que yo les propongo, y no dudo de que ayudaría tanto a la buena imagen turística de la capital como a la revalorización de la zona.

Un afectuoso saludo,

Pablo

4 comentarios:

Chexpirit dijo...

Pues a mí no me disgusta esa plaza. Ese esperpento de columnas rojas parece un abrazo metafórico a la universidad y la sensación de espacio abierto que hay ahora me parece muy acertada. Me agobian las calles pequeñas que nos legaron los árabes, prefiero espacios diáfanos y casi minimalistas, poco recargados.
Pero para gustos plazas. ;)

Paumania dijo...

Me gusta los espacios abiertos, sin duda, pero creo que ese 'abrazo de columnas rojas' ha destruido una bella panorámica y ha roto el espacio diáfano. Lo que a mi me gustaría es que sustituyeran ese abrazo por algo menos invasivo, como son unas jardineras de tamaño humano, si acaso, estratégicamente colocadas para no romper la estampa y la captura de instantáneas, así como una superficie verde en el suelo, que ya sabes la alegría que nos da el verde (aún y con todo artificial, para olvidarnos de su mantenimiento) y lo que ganaría la plaza, actualmente desierta, en lo que a vida social se refiere. ¿No te parece?

polypiel dijo...

Coincido en tu opinión, Pau. Es una plaza que dice "Anda, no te detengas". Llamadme convencional pero no entiendo que no haya ni un sólo banco ni un sólo árbol.
Tampoco me gusta la parte nueva de la universidad, sólo cemento, cemento y cemento. Que fue de estar tirado en el verde?

celia dijo...

lo que no hay es sombra...por qué no unas palmeritas????:)