A estas alturas, todo el mundo sabe de mi afición por la lectura. En general, leo cualquier cosa que tenga letras, ya sea la etiqueta del champú, el Manifiesto Comunista o algún pasaje sangriento de la Biblia, que también los hay. Quiero pensar que es cultura, pero hay veces que pienso que sólo lo hago para humillar a mis amigos jugando al Trivial y para que la gente me diga que utilizo el mismo léxico que un aristócrata del siglo XVIII.
Cuando tocan elecciones, mi afán lector no se ve mermado ni un ápice, por lo que es frecuente que devore multitud de programas electorales. Es cierto que no lo hago con todos los partidos existentes, pero sí procuro hacerlo con las formaciones políticas que me son más afines o que considero necesario conocer, por si tocara sufrirlos durante largo tiempo.
Y heme aquí, un profundo conocedor de las políticas que cada partido relevante pretende llevar a cabo, que el día de las elecciones me presento a ejercer mi derecho constitucional, plasmando mis deseos de una sociedad mejor en un sobre cerrado. Pablo Muñoz Samper, vota.
A lo largo de mi corta trayectoria como elector censado, he votado a formaciones muy diversas, como Izquierda Unida, Ciutadans o Los Verdes. En una ocasión, incluso me atreví a votar al PSOE para las generales y al PP para el Senado, pensando que quizá con cierto equilibrio se verían obligados a alcanzar acuerdos por el bien de todos. Inocente.
Este año, por si lo queréis saber, dudé unos instantes entre Meyer (IU) y Sosa Wagner (UPyD), pues en ambos programas había cosas que quisiera llegar a ver antes de convertirme en un anciano verde y decrépito. Al final, consideré más sólido y realista el proyecto de UPyD. Pasito a pasito.
Lo que me sorprende, es que algunos de mis conocidos dicen que sistemáticamente tiro mi voto al retrete. "Si no votas al PP o al PSOE, estás tirando tu voto; esos nunca ganarán", aseguran.
¿Desde cuándo hay que votar al partido que va a ganar? Yo siempre había creído que unas elecciones servían para expresar la voluntad del pueblo. Y voluntades hay tantas como siglas políticas, e incluso más.
Pero las sorpresas no acaban aquí. Cuando me intereso por saber las razones que llevan a uno y otro a votar por X partido, me encuentro con que la gran mayoría, por no decir el 99% de los consultados, no sólo no ha ojeado un solo programa electoral, sino que una parte considerable de ellos ni tan siquiera sabe qué ideas defiende realmente el partido por el que acaba de votar. Y eso, si es que ha votado, claro está.
Sólo así se puede explicar lo siguiente:
Iniciativa Internacionalista. Este partido, heredero de Herri Batasuna y compuesto por los propios batasunos para concurrir en estas elecciones, cosa que finalmente sucedió, ha obtenido en Euskadi algo más de 115.000 votos, los mismos que el PP vasco. En Navarra, ha cosechado nada menos que 23.000 votos, un 11% de apoyo navarro. Lo inquietante no es esto, sino que resulta que en el resto de España esta formación claramente pro-terrorista, que se compone incluso de algunos activistas, ha conseguido el apoyo de 38.000 votantes. ¿Cómo es posible?
Pues resulta que una parte considerable de los votantes ha ido repartiendo sufragios según le molara más o menos el nombre de la formación. Los batasunos, que no son estúpidos, le han puesto este nombre tan molón a su partido, además en castellano, que suena aperturista y moderno para unas elecciones europeas. Y les han caído algunos votos, sí. Aproximadamente el 0'05% de los españoles votó por ellos.
Algunos lo llamarán democracia, pero para mí que esto, aquí y en Zimbawe, se llama ignorancia supina. No se puede explicar de otro modo que en lugares como Melilla, Albolote o Castellar de la Frontera hayan regalado su voto a esta formación independentista y pro-etarra.
Esto es tan absurdo, para que nos entendamos, como si una persona de color, de color negro quiero decir, votara por Falange, o como si el presidente de las Ventas lo hiciera por el Partido Antitaurino. Inconcebible.
Esto sí es tirar el voto. Es más, es dar relevancia y cabida en democracia, mediante el uso y abuso reiterado de la estupidez humana, a una serie de personas que cree en el asesinato como medio para defender sus ideas. Absolutamente deleznable.
De nuevo me asalta la duda. ¿De verdad mi voto es inútil?
Mejor haced examen de conciencia, practicad la reflexión y aplicad el sentido común la próxima vez que vayáis a decidir algo sobre la sociedad en la que deseamos vivir. Algunos parecen no entender que nos jugamos demasiado.
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Hace 4 años
3 comentarios:
El bipartidismo da asco
Genial! Escribes demasiado bien como para hacerlo de forma gratuita ;).
Qué curioso que estuvieses en la tesitura de votar a dos candidatos con apellido de origen germano Wagner y Meyer.
No has tirado tu voto en absoluto, es más, el proyecto de UPyD es por lo menos ilusionante y supone aire fresco en el bipartidismo que tenemos. Además, ambas fuerzas están muy preocupadas por el ascenso de este partido. Espero que no sea sólo un canto de sirena y que se consoliden. Sí, yo también los voté y tú me los descubriste.
Desdeluego, tiras tu voto a la basura.
Si votas a UPyD tiras tu voto a la basura porque no van a ganar
Si votas a IU tiras tu voto a la basura porque no van a ganar
Si votas a PSOE tiras tu voto a la basura porque no van a ganar (al menos en múrcia)
Si votas a PP tiras tu voto a la basura porque van a ganar de todas formas.
¿Para que molestarse en votar, si es más facil que hagan contigo lo que quieran?
¿Quien quiere expresar su voto, pudiendo ser un esclavo del falso bipartidismo?
( /ironic off)
PD: digo falso bipartidismo porque, al final, PPSOE terminan combiertiendose casi en lo mismo, distintas caras, distintos amigos, pero lo mismo.
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