A día de hoy, Rafael Nadal es con toda seguridad el mejor tenista de la historia reciente de España y, si las lesiones lo respetan, puede que llegue incluso a marcar toda una época en el tenis internacional.
¿Si las lesiones lo respetan? ¿Acaso con 23 años no lo van a respetar? Pues parece ser que no.
El mallorquín, que irrumpió con fuerza en el panorama internacional allá por 2004, culminando un gran año de tenis a nivel individual, y sorprendiéndonos con su tenis incansable en la pequeña pantalla frente a Andy Roddick, en aquella épica final de Copa Davis frente a EEUU, contando entonces con apenas 17 años, se encuentra hoy en un momento complicado.
Eliminado de Roland Garros, 'su' torneo, en octavos de final, confirmada su ausencia en el torneo de Queen's y peligrando su presencia en Wimbledon, vale la pena echar la vista atrás para comprender la magnitud del problema.
Rafael, a sus 23 años, lleva ya 8 años compitiendo en la élite del tenis mundial. Su tenis incansable, ese que tanto nos asombra, unido a un calendario plagado de partidos 'necesarios' para alcanzar el número uno que hoy ostenta, ha terminado por dañar sus rodillas.
Nadal, en sus primeros años, fue calificado como un 'llegatodo', un muro en el que rebotaban todas las bolas. Sin duda, ésta es una de sus cualidades. Él no se rinde y jamás da una bola por perdida. Y es que su gran condición física así se lo permite. Su juventud, además, le otorga la capacidad necesaria para jugar partidos de cinco horas un día sí y al otro también, bajo un sol de justicia. Poco a poco, a su lucha incansable ha ido añadiendo cualidades, hasta alcanzar el número uno y alzarse con la victoria en torneos tan exigentes técnicamente como son Australia o Wimbledon.
Ya no es sólo un jugador de tierra, es cierto, pero su juego sigue siendo demasiado físico. Su saque, la parte más débil de su juego, le obliga a hacer muchos kilómetros para ganar puntos. Y su tenis, ese que ha hecho posible ver partidos de más de cuatro horas en pistas rápidas, exige mucho desgaste.
Unos tres años atrás, las rodillas de Rafa ya fueron noticia. Empezaban a flaquear. Era frecuente verlo lucir vendajes para protegerlas, vendajes que ya hoy son un complemento más en su indumentaria habitual. Ya entonces se comentaba que sus rodillas no aguantarían un calendario ATP demasiado cargado, y se llegó incluso a afirmar por algunos expertos que, a ese ritmo, Nadal no tenía por delante más de 4 ó 5 años de tenis.
La confirmación llegó el año pasado, cuando se quedó sin poder acudir a las citas de la Copa Masters de Shangai y la final de la Copa Davis en Argentina, precisamente por sus rodillas.
Rafael padece una tendinitis crónica en su rodilla derecha. Esto de por sí, para los no iniciados, no es demasiado importante, aunque sí doloroso. Infiltraciones, masajes o tratamientos con hielo son frecuentes en el ritual previo a un partido para Rafa. Sin embargo, en los últimos tiempos, y debido a la exigencia de su juego y a la sobrecarga de partidos, esta tendinitis se ve acompañada de otros problemas en sus delicadas articulaciones. Músculos y ligamentos circundantes se han unido a la fiesta. Para muestra, el motivo por el que se discute su asistencia a Wimbledon es un edema en su rodilla menos castigada, la izquierda.
Así y todo, Rafael Nadal ha conseguido llegar a arrebatar el número uno a toda una leyenda del tenis como es Roger Federer. La pregunta ahora es, ¿cuánto tiempo más aguantarán las rodillas de Rafa el peso de este gigante mallorquín?
Björn Borg, otro mito del tenis mundial, dijo adiós al deporte de la raqueta a la sorprendente edad de 26 años. ¿Volveremos a ver algo parecido con Rafa?
Sólo el tiempo lo dirá.
Imagenes ocultas
Hace 4 años
1 comentario:
Pase lo que pase, Nadal ya ha dejado su firma en la Historía, como tenista, y como deportista en general.
Publicar un comentario