Probablemente Dios no existe.
Deja de preocuparte y disfruta la vida.
martes, 30 de diciembre de 2008
Tienes un mensaje divino sin leer
domingo, 28 de diciembre de 2008
Suddenly Lucy
De nada serviría negar que me sentí profundamente atraído por ella.
Su mirada lasciva me hizo estremecer. Sus insinuantes formas, cubiertas de delicada feminidad y salpicadas de una enorme sensualidad, despertaron mi deseo, mis instintos más primarios.
A pesar de su edad, 3,5 millones de años, aún resplandecía, eternamente joven y bella.
Se llamaba Lucy, y nuestras miradas se cruzaron por primera vez en el Museo de Historia Natural de Oxford.
Por supuesto, se trataba de una reproducción del homínido más antiguo hasta ahora descubierto por el Homo Sapiens Sapiens, una joven Australopithecus Afarensis de 20 años de edad en vida y que supuso, en teoría, el paso de los homínidos desde la vida en los árboles hasta la vida en tierra firme.
La verdad, lucía radiante, a pesar de ser un maniquí peludo de tan sólo un metro de altura. Pero también la muy apetecible Elsa Pataky es más bien menudita y rompe braguetas, juzgadlo vosotros mismos en Ninette.
El caso es que lo que sucedió en Oxford me turbó.
¿Cómo es posible que yo encontrara atractiva una reproducción de un monete de más de tres millones de años de antigüedad? No sé qué podía ser, si su estudiada pose, su grácil apariencia o sus femeninos rasgos. El caso es que si me hubiera encontrado casualmente con el monete en cuestión por la calle, no habría dudado en jurarle amor eterno.
Pero en la vida real, las historias de amor casi nunca tienen un final feliz. Me fui del museo sin declararle mis sentimientos. El mundo no habría comprendido lo que surgió entre nosotros dos. Ahora, sólo puedo recordarla en soledad. Sólo suspirar por todo aquello que pudo ser y nunca será. Si vais al Museo de Historia Natural de Oxford y la veis, eternamente joven y bella tras su vitrina de la primera planta, decidle que siempre la amaré.
No sé, quizá no todo esté perdido. Quizá si llamo al museo, me den su número de teléfono.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Felicitaciones varias
Un año más, la nieve no ha hecho acto de presencia en nuestra triste y mercantilizada Navidad. Realmente, creo que uno no toma consciencia de que las fiestas están en ciernes hasta que El Corte Inglés no pone las luces y al árbol que habla. Las ahora convenientemente iluminadas avenidas, con tonos azules, blanco y marfil, nos indican que ha llegado el momento de someterse a la dictadura del consumismo navideño desaforado.
A pesar de mi rechazo a estos ataques temporales de amor y bondad, debo reconocer que algo de bueno tienen. El hecho de que, al menos por un breve lapso de tiempo, la gente sienta la necesidad de ser mejor persona, ayuda a recuperar mi fe en la humanidad.
Puede parecer triste, pero al no tener depositada mi fe en la religión, se torna en labor harto complicada el hecho de tener que depositar mis esperanzas en la decadente sociedad actual, sobre todo cuando se trata de votantes del PP y/o ultracatólicos.
Pero entonces recuerdo que los buenos propósitos se esfuman el mismo día 7 de enero, salvo que ese día pille sábado, en cuyo caso el espíritu nos dura 48 horas más.
En definitiva, lo que pretendo es desearos a todos las típicas felices fiestas, con una típica feliz Navidad, un típico y próspero año nuevo, y todos los buenos y típicos deseos que se os ocurran, tanto para vosotros como para vuestros más allegados.
En fin, cuidado con los típicos polvorones, que los carga el diablo, y no os atragantéis con las típicas uvas.
lunes, 22 de diciembre de 2008
¿Rubio ceniza o pelirrojo?
Si digo Kristian Pielhoff, puede que nadie sepa quién es, pero si a este germánico nombre le añado lo de 'el de Bricomanía', uno ya le pone cara barbuda al nombrecillo en cuestión.
Bueno, a decir verdad, sí que hay alguien que sabría situarlo en el programa de televisión adecuado, y ese alguien resultó ser Anabel, también conocida como 'una amiga del Chexpi'.
Celebrábamos el sábado un pequeño ágape en honor a Luisete (Chexpirit) y su tremendo pelazo, con sandwiches de nocilla incluídos, cuando mis escarceos con la bebida me llevaron a una conversación superflua y vaporosa con la muchacha en cuestión, que acabó derivando, aún no sé muy bien cómo, en un intenso debate sobre si Kristian Pielhoff era rubio ceniza o pelirrojo. Misterios de la ciencia y la cerveza.
El que suscribe mantiene que Kristian es rubio ceniza, mientras que Anabel afirma que realmente es pelirrojo. Después de consultar a más de cinco cuartos de la Hermandad, incluídos trabajadores del local, nada quedó claro.
Algo me impulsa a creer que el debate no es tal, y que los resultados están amañados, pues alguno de los entrevistados me confesó posteriormente que había dado la razón a la muchacha con fines puramente reproductivos.
Pero he aquí el debate.
Kristian Pielhoff, ese presentador de Bricomanía que lo mismo te enseña a montar una mesita de noche que una turbina en un reactor nuclear, relativizando al máximo su dificultad, acompañado siempre por su inseparable Íñigo, el hombre que susurraba a los geranios... ¿es en realidad rubio ceniza o pelirrojo?
domingo, 21 de diciembre de 2008
Pourquoi c'est la langue de l'amour?
Pas d'inquiétude, pas de prélude,
pas de promesse à l'éternel,
Juste l'amour dans notre lit,
juste nos vies en arc-en-ciel...
viernes, 19 de diciembre de 2008
Moka, ma pétite salope
Desde hace tiempo, cuando paso por delante de una tienda de animales no puedo evitar fijarme en los conejillos. Los veo ahí, como pequeñas bolas de pelo mullidas y saltarinas, siempre olisqueándolo todo y con sus orejitas enfocadas en todas direcciones, y se me despierta el instinto maternal.
¿Pero cómo es posible, que un tío de tu edad, con esas pintas y con esa más que dudosa reputación, con fama de ser más insensible que un oso muerto, sea un apasionado de un animal tan sumamente ñoño? Misterios de la vida.
Sí, reconozco que detesto las comedias románticas y me gustan las películas en las que los protagonistas son horripilantes seres mutantes venidos de otro mundo, con exceso de violencia gratuita y extra de casquería. Pero debajo de este cincelado y petreo pecho, late un corazón lleno de amor... para los conejos. Que aborrezca y haga escarnio de las parejas que se lanzan obscenidades tan deleznables como 'cari', 'corazón', 'mi amor' o 'cielo', no quiere decir que yo mismo no pueda sentir amor hacia otro ser vivo, aunque sea de otra especie.
En fin, que no pude esconder más mi amor por estos seres peludos y me hice con una de ellos. Hace ya varios días que corretea por casa, pero hoy he decidido presentarla en sociedad.
De momento se llama Moka, y que dé gracias, pues mi primera elección, de haber sido 'lapin' y no 'lapine', era llamarla Fitzgerald. Barajo otros nombres, como por ejemplo, el de Lapine, que es coneja en francés, o Salope, que es puta, en francés también. Para un idioma que he estudiado, más vale que le saque partido.
No creo que le importe el cómo la llame, ya que dudo que sepa castellano, mucho menos francés. De momento, voy a dejar una encuestilla para decidir su nombre definitivo, antes de que llegue su primera visita al veterinario para oficializarla e inscribirla, justo en la barra de la derecha.
Ya ha dejado de cagar por toda la casa y vuelve solita a su jaula cuando tiene que hacer sus necesidades. Ha sido fácil. Le he dejado una guía de teléfonos, no para que se la lea, sino para que no me muerda los muebles, y una cajita de cartón con agujeros para su disfrute personal. Más vale que tenga algo para entretenerse, porque había empezado a mordisquearme el ampli y los cables.
Me sigue a todas partes, se encarniza con mis zapatillas y sabe jugar al 'pillao', por lo que deduzco que será un buen animal. Además, cuando la acaricio, me lame la mano. Sí, definitivamente, creo que nos llevaremos bien.
viernes, 12 de diciembre de 2008
'Any bowl, one pound'
Recientemente hemos regresado de London. El motivo del viaje no era otro que visitar a unos amigos que se encuentran allí intentando sacar adelante una vida, y de paso tomar nota de qué es lo que ha cambiado por allí ahora que se cumplían 10 años desde mi primera estancia.
Pocas cosas han cambiado.
Para empezar, parece ser que esta gente no quiere pertenecer a la UE. Los que llegamos de fuera de las islas, somos 'overseas'. Es decir, que independientemente de tu país de procedencia, eres foráneo. Ya puedes venir de España, de Francia, de Honduras o de Taiwan, que para ellos lo importante es que no eres inglés, y por ello tienen derecho a tratarte como si fueras inferior, tratar de estafarte y apartarte con desprecio en cualquier situación, con el fin de que no interfieras en su rutina diaria. "No cogerá el metro antes que yo este oversea", "no me quitará el taxi este oversea", "no pagará lo mismo que yo este oversea", y así un largo etcétera. Es destacable la ingente cantidad de indios y paquistanís que viven aquí, seguidos de cerca por los polacos. Eso sí, sudamericanos, ni medio.
Resulta que en todos los países de la UE, y en los no miembros de la UE, el carnet de estudiante internacional es válido para acceder a los descuentos, tal que de un estudiante local se tratara, pero en Inglaterra esto no es así. Allí, sólo es válido si está expedido por una autoridad inglesa, y más vale que sea conocida por la zona en cuestión, porque el acento te delata y te pueden tirar para atrás sin motivo. Esto supone un menoscabo de liquidez considerable a la hora de coger el transporte público, muy a tener en cuenta, ya que no obetendrás descuentos en trenes, autobuses o metro, y hablamos de valores que van desde 10% hasta un 50% de descuento. Los transportes, además, no son puntuales al 100%, a pesar de la familla de la puntualidad británica, hay que joderse, y los autobuses dejan bastante que desear en cuanto a confort y servicios. Si en Noruega destacaban por su modernidad y amplitud, además de su exacta puntualidad y servicios que incluían aseos, café gratuito y conductor educado y multilingüe (¡cuatro idiomas!), los británicos son el contrapunto, el lado oscuro.
Los precios, eso sí, son inigualables.
En Londres la pinta ronda las £3 y un pico, en los alrededores viene a ser £1'85. Eso sí, el volumen de alcohol es de 4'1% y la pinta resulta que lleva 440 ml. Traducido a euros, el primer valor es de unos 3'5 €, y el segundo es de 2 € aproximadamente. Para los 3 lerus que me soplan en cualquier bar mediocre por un tercio, a veces un quinto, es evidente que mi bolsillo sale ganando en las islas, no así mi hígado.
Los supermercados tienen de todo a buen precio. La comida inglesa es una mierda, y además es cara, pero los supermercados suelen tener buenas ofertas, tipo comida preparada desde £1 ó £1'5, con una amplia variedad, desde lasagnas o spaghettis, a platos más elaborados de arroz o puré con verduras y carne. Yo he llegado a comprar Pringles de 180 grs por 80 céntimos.
Comer en el McDonald's puede ser una buena opción, y te puede salir más barato que en España. Un menú Big Mac, con sus patatas y su refresco, por 4 €, en el mismo Soho.
Por supuesto, también puede uno buscar un buffet, que los hay y variados, y ponerse ciego por £5 ó £6.
El tema de salir ya es otra cosa. A las inglesas les gusta enseñar cacho, y parecen bastante libertinas, aunque son más bien percheronas. Encontrar a una rubicunda muchacha de fuerte acento, con una pseudo falda-pompón que deja ver medio culo y en camiseta de tirantes a 3 ó 4 grados bajo cero es normal. Que vayan muy cocidas y con una caraja que ni Fernando Arrabal en aquel famoso programa, es algo más que habitual. Lleva siempre protección extra encima, tipo condón y tipo cinturón de castidad, que para eso no les importa que seas oversea.
También es habitual ver que la policía se lleva a un inglés detenido y esposado con la cara sangrando. Supongo que se darán para entrar en calor, así que ojito.
Salir, lo que se dice salir, lo hacemos mejor en verano y en las zonas turísticas, al menos en cuanto a ambiente, pero se agradece que los bares respeten el aforo y no se fume en ningún local. Es conveniente empezar a beber a su hora, es decir, a las 5 ó las 6 de la tarde, que es cuando salen de trabajar, ya que a eso de las 8 termina la hora feliz y a las 11 se acabó la fiesta, o en el mejor de los casos, ésta se traslada íntegra a los 'after-hours'.
Hay cosas que nunca cambian.
Los españoles, somos italianos, y los italianos, deben ser españoles. La verdad es que cuando vi a cuatro italianos bastante pasados de peso y de talla 'española' cenándose una ollaza de spaghettis, empecé a entender la razón de su confusión. Menudos personajes. Luego, claro, vas por la calle y las españolas que hay por el mundo son todas talla XS y morenas... igualito que las italianas.
Lo de los monomandos, parece que nunca llegará allí. En pleno siglo XXI, que sigan existiendo dos grifos separados, uno para agua caliente y otro para agua fría, me parece tercermundista.
Eso sí, puedes pasar por el mercado y comprar veintisiete plátanos por una libra. Y es que Inglaterra, tiene estas cosas.
Algunos precios orientativos:
Tren i/v Milton Keynes - London ........ £12'40
Autobús Milton Keynes - Luton Airp .. £5'00
Travelday Card Metro ..................... £5'30
'Sub of the day' en Subway ............... £1'99
Menú Big Mac ................................ £3'49
Buffet libre tailandés ...................... £5'50
English Breakfast ........................... £3'95
Pinta en Milton Keynes .................... £1'85
Pinta en London ............................. £3'20
Abrigazo Look Molón British ............ £34'98
Pringles en Tesco ........................... £0'73
Platos preparados en Sainbury ........ £1- £2
Albergue junto al Soho .................... £20'50